La psicomotricidad,  es  una técnica, una forma de entender las cosas, que se vive, que se siente, que se experimenta.

Nos sitúa en una actitud de disponibilidad, comprensión, respeto y esperanza por el cambio y el desarrollo en nosotros mismos y en los demás.

Abordamos la globalidad de la persona: lo motor, lo sensorial, lo cognitivo y lo afectivo-emocional.

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1. Relación terapéutica: el establecimiento de un buen vínculo entre la persona y el terapeuta, hace que aparezca una esperanza, ilusión, motivación y exigencia para poder evolucionar y crecer.

2. El movimiento: Es fin y es medio. El disfrute con el movimiento, con el cuerpo, el cual muchas veces lo percibimos como un “juguete”. La actividad sensoriomotora va a proporcionar vivencias y sensaciones placenteras, elementos de profunda estructuración corporal, a partir de lo cual, la persona va conformando el mundo que le rodea.

3. El cuerpo: Es el medio, el cual através del movimiento construimos nuestra identidad. Es importante el tono postura ya que proporciona sensaciones propioceptivas que inciden privilegiadamente en la construcción del esquema corporal.

4. Emoción: El aprendizaje que desencadena emociones estimula la liberación de determinadas hormonas que influencian al cerebro en lugares como la amígdala, que facilita el trabajo de los sistemas perceptivos de la corteza cerebral y el aprendizaje se registra de modo más consciente en los sistemas de memoria.